Este 15 de junio se cumplieron 104 años de la Reforma Universitaria, aquel grito de libertad que irrumpió en los claustros cordobeses que eran esencialmente elitistas y clericales. Este hecho social y político cambiaría para siempre la Educación Superior y la sociedad argentina.
En los inicios del siglo XX, este evento planteó una renovación de las clases dirigentes en el gobierno, la administración, la justicia y la cultura, a través del ascenso de nuevos actores pertenecientes a las clases medias.
En su Manifiesto Liminar, la Federación Universitaria de Córdoba expresó que el movimiento estudiantil: “Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de Autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios, no solo puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la substancia misma de los estudios. La autoridad en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: Enseñando”.
El Movimiento Reformista ha resistido, defendido, sostenido y construido, en más de 100 años de vida, y según el momento histórico en que le ha tocado actuar, la Autonomía, el Cogobierno, la participación de los Graduados, la Asistencia Libre, la Libertad y Periodicidad de Cátedra, los Concursos Públicos, la Extensión Universitaria, la Investigación, la No limitación al Ingreso, la Gratuidad de la Enseñanza Superior, la Agremiación Estudiantil, entre otros.
En este nuevo aniversario reafirmamos el compromiso permanente con los principios y reivindicaciones reformistas que permiten la consolidación académica e institucional de nuestra Facultad.