El hábitat y el habitar representan un modo de ser en el mundo.
Trazamos en el habitar una suerte de mapeo que registra la territorialidad de sueños, de ilusiones, de fantasías, de diversión y de pertenencia: una cartografía del acontecer.
El proyecto propone transitar un camino que va desde el reconocimiento del habitar, a la conciencia de el derecho a habitar la escuela.
El marco metodológico del trabajo del equipo es el taller. La experiencia se construye con el poder de la experiencia colectiva, de trabajar con el otro, de pensarse con el otro, de construir sentidos compartidos.
El derecho a habitar la escuela no es simplemente el derecho de acceso a lo que ya existe, sino el derecho a cambiarlo a partir de nuestros anhelos más profundos.
El proyecto culminará con la producción de un mural/pizarrón, documento visual y narrativo, como obra dinámica, transformable, que exprese el derecho a habitar la escuela.