Palabras de Federico García al cumplirse un año del fallecimiento de Jorge “Kuqui” García, docente FAU y coautor del Espiral junto al Roberto Saravi y Daniel Delpino.
A pocos días de la partida de “el Negro” como le decíamos, Gustavo (Páez) me propone escribir una reseña en su memoria.
Los dos coincidimos que no era necesario hacerlo de inmediato, sino tomar un tiempo y dejar decantar todo lo que había pasado. En mi caso, una serie de pérdidas en muy poco tiempo, personas que habían sido muy importantes en mi formación, primero el “Pato”, Carlos Busso, después Roberto Saravi, golpe muy duro e inesperado, y al poco tiempo el Negro, que ya no andaba bien y se terminó yendo antes que lo pudiera ir a ver, y, quizá tener una última charla.
En el momento que comencé a escribir pensé en su persona, más que en el arquitecto.
Tengo recuerdos de él desde mi niñez, ya que fuimos vecinos en Gonnet. Recuerdo muy bien cuando nos mudamos, yo tenía unos seis años, mi padre en ese momento tenía empresa constructora y había diseñado y construido nuestra casa de ladrillo bolseado, pintada de blanco y losas de hormigón, una casa diferente a las que estaba a acostumbrado a ver. Pero me impactó mucho más al llegar al barrio, la casa de Kuqui, era realmente una casa moderna, muy distinta al resto.
Nosotros vivíamos enfrente, casi en diagonal. Mi padre me había contado que el dueño de esa casa era arquitecto y profesor de la Facultad de Arquitectura. En esos años conocí a Kuqui en el barrio, a Mari su mujer, que también era docente, y sus dos hijos, más chicos que yo, Aime y Alejo. Sí bien no teníamos un acercamiento cotidiano, solo nos veíamos al entrar y salir de nuestras casas, y para fin de año, los días festivos, no solo nos saludábamos, sino que en la cuadra donde vivíamos, la calle 17, se hacía una fiesta en la calle (otras épocas). En aquella época Kuqui compartía algunas charlas con mi papá sobre obras y construcción a las que yo prestaba mucha atención.
En el 1989 decido ingresar a la Facultad de Arquitectura. A comienzos de segundo año me toca cursar Procesos Constructivos I, y algunos amigos referentes de la FAU me recomiendan la cátedra de la mañana Saraví/Del Marmol/García. Al principio no me detuve sobre la presencia de Kuqui, ya que en la Facu había muchos Garcías, y quizá podía ser otro, hasta que llegó el primer día de clases: no me voy a olvidar más ese día. Llego al aula cinco colmada de estudiantes, creería que eran casi cuatrocientos solo del nivel 1 (era un taller muy numeroso). Y ahí estaba Kuqui, preparando un artefacto (retroproyector) que se usaba para proyectar unas filminas en las que él mismo había dibujado como apoyo gráfico a la primer clase teórica, número uno del año.
La charla esencialmente era de arquitectura, donde abordaba todas las cuestiones constructivas, estructurales y materiales de los proyectos que contaba. Me impactó e interesó mucho, atravesé la experiencia de ese primer año, luego el nivel 2 donde conocí al Pato, y terminé el nivel 3 en un mano a mano con Roberto, realizando uno de mis proyectos mas importantes que recuerdo en la FAU.

El espiral (Monumento a desaparecidos), FAU-UNLP, 1994-1995, La Plata, Arqs. Roberto Saravi, Jorge R. (Kuqui) Garcia y Daniel Hugo Delpino
En el año 1997 me recibí y quedé vinculado al taller de procesos Constructivos, como docente del nivel 1. Hoy llevo un recuerdo muy grato de esos tiempos, y comparto la docencia con excelentes arquitectos que fueron alumnos de ese taller.
En el año 2009 después de compartir con él mas de una década, no solo en el taller de Procesos Constructivos, sino también en el de Arquitectura que había fundado junto a Roberto y Pato. A partir de los concursos de profesores del año 1997, me invitó para presentarnos al concurso de profesores de Introducción a la Materialidad, que se realizaría al año siguiente. Una de las materias nuevas que se incorporaban con el nuevo plan de estudios seis. Ahí profundizamos muchísimo nuestro vínculo profesional, teniendo charlas cotidianas durante casi un año para elaborar la propuesta pedagógica de lo que sería luego el Taller n2 de Introducción a la Materialidad.
En ese tiempo comprendí a su persona, “el Negro” era un tipo simple, callado y muy reflexivo, extremadamente austero, con convicciones muy claras, como muchos de su generación. No había medias tintas, era tranquilo pero visceral para defender sus ideas, a veces un poco cabeza dura. Recuerdo las discusiones con Roberto sobre política o arquitectura eran a fondo.
Voy a agradecer siempre haberme cruzado con él, con Roberto y el Pato, siento que les debo mucho, fueron como la otra pata de mi formación como persona junto con mis viejos, tengo el mejor recuerdo de él, en todas las experiencias que compartimos juntos en Procesos Constructivos, el Taller de Arquitectura, Introducción a la Materialidad y quizá el recuerdo mas fresco, es el libro de cátedra que construimos junto a Nico Saraví, como legado suyo de todos esos años.
Al final me quedó pendiente una charla, que no se dio, pero un par de años antes cuando estábamos terminando el libro Sostener, Cerrar, Construir, me regaló, un tesoro, uno de sus cuadernos… Gracias Kuqui!.
Por Arq. Federico García