Páginas de Ausencias

Víctimas del terrorismo de Estado de la FAU/UNLP en fuentes bibliográficas.

Dar la vida

La resistencia de la calle 30

Autor: Lalo Painceira

Este libro narra el último día en la vida de cinco jóvenes platenses, similares a muchos de los que vivieron en los años 60 y 70. Cuenta también el desproporcionado ataque de aquel 24 de noviembre de 1976 llevado a cabo por las fuerzas represivas y la heróica defensa de la casa de la calle 30 emprendida por esos jóvenes: Diana Teruggi, Roberto Porfidio, Alberto Bossio, Juan Carlos Peiris y Daniel Eduardo Mendiburu Eliçabe, quien estudiaba Arquitectura en la FAU/UNLP). No hubo sobrevivientes y los cinco sólo nos pudieron legar su gesto ejemplar.

En el momento exacto del ataque, se encontraba junto a su madre -estudiante de Letras- su hija Clara Anahí, de 3 meses y 12 días, quien fue robada como botín de guerra. De acuerdo a testimonios recogidos, "imposible imaginarlos con un arma en la mano". Sin embargo, cayeron después de defenderse y combatir empuñando pistolas 9 milímetros y fusiles FAL durante más de tres horas. ¿Les dejaron otra opción?

Los cinco habitaron otro tiempo histórico, ni mejor ni peor al actual, simplemente diferente. Un mundo que generaba valores e ideales de solidaridad, de lucha por una sociedad mejor y más justa, a veces tan fuertes y radicales, que encendieron a muchos jóvenes al punto de ofrecer la vida por ellos, algo que puede resultar poco familiar a las generaciones posteriores.

Diario “El Día”, 25 de noviembre de 1976

Daniel Eduardo Mendiburu Eliçabe

El autor

Lalo Painceira estudió Bellas Artes en la UNLP. Como periodista, profesión que ejerció la mayor parte de su vida, trabajó en diferentes medios y junto a compañeros como Paco Urondo, en la revista Juan, en 1966. Además Dar la vida La resistencia de la calle 30, publicó los libros El límite de un conejo (EME, 2018) y El blues de la calle 51, este último sobre la vanguardia pictórica de los años ’60 en La Plata de la que formó parte activa. Debido a su militancia política fue detenido en 1971, estuvo preso un año y luego fue obligado a exiliarse.

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