Irene Felisa Scala de Zuppa

RETRATOS Y TESTIMONIOS

Luciano Zuppa, hijo de Irene Scala, cuyos restos fueron recuperados por el EAAF.

“Hacía 36 años que no estaba tan cerca de mi vieja”

Luciano Zuppa, hijo de Irene Scala, cuyos restos fueron recuperados por los antropologos forenses


Irene Felisa Scala y Néstor Zuppa, secuestrados en el barrio Norte de La Plata en noviembre de 1976.


La fotografía de un bebé fue lo único que quedó en la casa de barrio Norte de La Plata donde Irene Felisa Scala y Néstor Zuppa fueron secuestrados durante la dictadura. Todo lo demás fue robado por militares del Regimiento 7 esa madrugada del 24 de noviembre de 1976, cuando el matrimonio y otra pareja fueron capturados durante un allanamiento en la vivienda.

El niño de esa foto fue la única persona que aquella noche no quedó en manos del Ejército y fue entregado a un vecino. Treinta y cinco años después, los restos de Irene fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y su hijo, Luciano Zuppa, los recibió. “Hacía 36 años que no estaba a esa distancia de mi vieja y, de chico, el sueño recurrente era encontrar a mi mamá”, reflexionó. Ahora espera que le entreguen los restos de su padre para sepultarlos juntos en marzo próximo en el cementerio local, en la ciudad en la que nacieron.

Irene Scala tenía 27 años cuando fue secuestrada. Estudiaba traductorado de inglés y trabajaba en el departamento de alumnos de la facultad de Arquitectura. También militaba: junto con su esposo Néstor integraba el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) de La Plata. El 14 de noviembre pasado sus restos fueron identificados por la justicia junto a otros cuatro cuerpos de ex detenidos desaparecidos asesinados en supuestos enfrentamientos y sepultados como NN.

“En diciembre del año pasado me mandaron un mail del equipo antropológico. Yo me imaginaba de qué me querían a hablar pero tarde un poco en contestar. Pasaron uno o dos meses hasta que me contacté con Mariana Segura, que está con el caso de mi mamá”, reveló Luciano en su casa, donde convive con Valentino, su hijo de once años, fanático de Estudiantes, y con su perro Wookiee (que se pronuncia buqui, y es la raza de Chewaka, el compañero lanudo de Han Solo en Star Wars) rodeado de los equipos tecnológicos que comercia y las figuras de la saga galáctica.

El hombre, de 36 años, fue criado por sus abuelos maternos en una familia castigada por la dictadura: el mismo día que sus padres fueron secuestrados de la casa de calle 38, entre 3 y 4 donde vivían, su abuela Susana Martínez, su tío materno y sus abuelos paternos Rina Rapaccini y Oscar Zuppa fueron capturados y permanecieron un mes como detenidos desaparecidos en lo que, creen, era el centro clandestino de detención conocido como pozo de Banfield.

Aquel fue el comienzo para reencontrarse con su mamá, pero, en esos encuentros con el EAAF siguió sumando certezas sobre su historia. “Me confirmaron extraoficialmente que también están los de mi papá”, agregó.

“Me pedían datos personales de mi papá y mi mamá. Me pedían fotos de ellos sonriendo, por los dientes, porque como es lo que más se conserva les sirve a ellos para identificar. Porque lo que tenés más a la vista en una foto, no hay ninguna otra parte del esqueleto que después puedas ver en los restos oseos”, recuerda Luciano de sus encuentros con los antropólogos forenses.

“En marzo de este año, cuando respondí el mail, los chicos del equipo antropológico vinieron a mi casa a decirme que tenían una hipótesis de donde podían estar mis papás a partir de las investigaciones que hacen sobre cómo funcionaban las organizaciones”, explicó Luciano.

Con ellos logró despejar la oscuridad de su historia y la de sus padres. “Lo que pasó esa noche del secuestro son cosas que yo me enteré este año a partir de ellos, y que no las sabía por el modo de funcionamiento de la psiquis de la familias de los desaparecidos, donde hay muchos datos que nos olvidamos, otros que los negamos”, recordó Luciano.

Y completó: “Sobre la noche del secuestro, la hipótesis que tenían los antropólogos es que mi papá tenía guardados a dos chicos: Hugo Malnatti y su novia Mirta Coutoune. El chico era del PCML y la chica de Montoneros. Malnatti era un cuadro medio, que era la organización de mis viejos, y estaban en mi casa y esa noche los levantaron a todos juntos. Yo estaba ahí”.

La hipótesis que el EAAF le presentó en marzo, fue que “donde habían encontrado los restos de Malnatti y Coutoune, probablemente fueran a encontrar los restos de mi mamá y mi papá”.

Malnatti había sido hallado como NN en el cementerio de Avellaneda y tras ser identificado fue sepultado en el cementerio de La Plata el 26 de agosto del año pasado. Su novia, la misionera Coutoune, también fue identificada e inhumada en Posadas el 17 de septiembre pasado.

Luciano afirmó que los antropólogos contaron que sus padres fueron parte de un grupo de desaparecidos que el Ejército asesinó el 31 de diciembre de 1976, más de un mes después de haber sido secuestrados, en dos enfrentamientos fraguados con ocho víctimas. en Munro, Partido de Vicente López y seis en Boulogne, Partido de San Isidro.

“En los supuestos enfrentamientos había dos grupos. El primero ya estaba identificado completamente y entre las otras seis personas quedaban tres cuerpos por identificar que eran mujeres. La hipótesis era, entonces, que una de ellas era mi mamá. Y se confirmó esa hipótesis”, contó Luciano.

“Mi mamá estaba sepultada como NN, pero en cajones individuales, en una fosa de Boulogne”, explicó. Y agregó que creen que ese mes que permaneció detenida estuvo en Campo de Mayo.

ENCUENTRO. Después de la comparación de los ADN que el EAAF había tomado de Luciano en marzo, en octubre pasado la Justicia certificó que los restos hallados en Boulogne pertenecían a Irene Scala. Y Luciano pudo encontrarse con su madre.

–¿Te encontraste con los restos de tu mamá?

–Si, los fui a ver. Fui a que el juez me diera el comunicado oficial diciendo que estaban identificados los restos. Porque el equipo antropológico es un tercero, es un perito externo que le presenta un informe al juez, pasan uno o dos meses hasta que el juez convalida el informe. Yo fui a buscar eso y unos papeles que me autorizan a trasladar los restos a un cementerio y si quería los veía. Y los vi.

–¿Cómo fue el encuentro?

–Simbólicamente es fuerte. Yo pensaba que hacía 36 años que no estaba a esa distancia de mi vieja y que además, de chico, el sueño recurrente era encontrar a mi mamá. No en esas condiciones. Pero no estoy mal, a mí me pegó bien. Más allá del encuentro físico que es fuerte, la noticia, es reparadora.

Está bueno. Hasta en un momento pensé en salir a festejar, pero me paré un poco, porque así como subís, bajas.

–¿No los retiraste?

–No. Yo tengo a mi abuela que tiene 95 años. Y como a mí cuando fui a ver los restos de mi mamá me confirmaron extraoficialmente que la identificación de mi papá dio 99,99%, le dije que decidiera ella, porque el equipo antropológico creen que para marzo del año que viene podía estar la identificación de mi papá, entonces le pregunté si quería esperar y los enterramos juntos y me dijo que si.

–¿Tu abuela se encontró con los restos de tu mamá?

–Si y fue fuertísimo. Se puso a llorar, pudo llorar. Ella siempre decía que nunca había llorado y yo no recuerdo haberla visto llorar.

Fuente: Diagonales.
Consultado en: http://colectivoepprosario.blogspot.com/2011/12/luciano-zuppa-hijo-de-irene-scala-cuyos.html

Irene Felisa Scala de Zuppa

Irene Felisa Scala de Zuppa quien ingresó el 31 de marzo de 1970, como trabajadora no docente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Fue en el período 12-9-73 al 12-8-75, miembro de la Comisión Interna de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, del gremio ATULP. El 25 de noviembre de 1976 fue declarada cesante por abandono de servicios, mediante Resolución n°1137/78 en virtud de las reiteradas inasistencias incurridas. Ella y su esposo, Néstor Zuppa, eran militantes del PCML (Partido Comunista Marxista Leninista) y fueron secuestrados de su hogar en el Barrio Norte de la Plata, en la madrugada del 24 de noviembre de 1976, junto a Héctor Malnatti y Mirta Coutoune, estudiante de medicina. Por la labor del Equipo Argentino de Antropología Forense, pudo saberse que fue ejecutada en un operativo fraguado, el 31 de diciembre de 1976. Su cuerpo fue exhumado del cementerio de Boulogne. La identificación judicial se produjo en octubre del año 2011.

Si detectás alguna imprecisión en las biografías, por favor, escribinos a reparacionlegajos@fau.unlp.edu.ar.