Las personas ciegas y la ciudad
El equipo del proyecto “Las personas ciegas y la ciudad” está integrado por personas ciegas y videntes que habitan el espacio de la interdisciplina. Propone un encuentro intergeneracional entre estudiantes, graduados/as, docentes y no docentes de Universidades Nacionales, Organizaciones No Gubernamentales y Gubernamentales. Se trabaja a partir de herramientas heurísticas, arquitectónicas, etnográficas, psicoanalíticas y eutónicas.
“Nuestra línea de Extensión Universitaria la metaforizamos como ´Archipiélago de experiencias´ y la narramos desde los talleres de percepción del espacio y su comunicación desde experiencias ópticas, hápticas y sonoras con personas ciegas y disminuidas visuales graves. Nuestro proyecto propone una construcción de lo cercano a lo lejano, de lo concreto a lo abstracto, de lo intuitivo a lo sistemático”, cuenta la Arqa. Carla García, directora del proyecto.
El objetivo de estas reflexiones es pensar cómo, desde el lugar de cada uno/a se pueden construir sentidos compartidos que colaboren, en un contexto cambiante y poco hospitalario como el de nuestra sociedad, a poder pensarnos y encontrarnos con el otro aquí y ahora, pero también en otros lugares y tiempos futuros.
Fundamentalmente, se articula con cursos que se realizan en la Biblioteca Braille y Parlante de la Provincia de Buenos Aires, ubicada en calle 5 Nº 1381 (La Plata).
La modalidad de trabajo es en taller como espacio de co-aprendizaje, donde se desarrolla habilidad y producción de conocimiento social de manera colectiva, lo que potencia los aprendizajes individuales. Así, se posibilitan espacios para la integración de conocimientos teóricos-prácticos y la libre participación de cada persona
“Estamos ampliamente satisfechos con lo trabajado en este período. Fue un gran desafío para todos el proceso de integración del grupo como tal. La incorporación de nuevos integrantes fue una instancia de aprendizaje. Para quienes tenían más tiempo de experiencia en el trabajo de taller, supuso pasar nuevamente por diversos temas ya transitados, lo que les permitió una nueva mirada y además, ser ellos un poco también ́maestros ́ de los nuevos participantes, pudiendo hacer sugerencias que resultaron muy valiosas a los recién llegados. Respecto a los nuevos integrantes, aportaron su particular mirada, lo que nutrió en gran medida el conjunto de los talleres”, detalla García. Y agrega que “el hecho de habernos detenido minuciosamente en la sistematización acerca de las tareas cotidianas, dio lugar a que cada quién valorara el bagaje que traía, del cuál, por estar naturalizado, la persona no es demasiado consciente, y buscara nuevos recursos, si de las exploraciones surgía que los necesitaba”.
Fotografías: Guillermo Sierra
