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ZOMO YAGEL PIUQUE TAIÑ CHE, Mujeres cocinando de corazón para nuestra gente

ZOMO YAGEL PIUQUE TAIÑ CHE, Mujeres cocinando de corazón para nuestra gente

El proyecto comunitario ZOMO YAGEL PIUQUE TAIÑ CHE (Mujeres cocinando de corazón para nuestra gente) fue seleccionado en el marco del Concurso del Fondo Iberoamericano de Cocinas para el Desarrollo Sostenible de la Iniciativa Ibercocinas. Está conformado por Silvana Huenteo, Miriam Catricura, María Edth Riffo Soto, Nilda Cayulef y Graciela Godoy, integrantes del LOF CHE Curruhuinca (San Martín de los Andes, Neuquén), y contó con la colaboración del equipo extensionista dirigido por la Arqa. Karina Cortina, integrante del Laboratorio de Tecnología y Gestión Habitacional  (LATEC – FAU)..

La iniciativa, tal como Miriam relata, surge frente a las necesidades de las familias del Paraje Trompul Bandurrias, profundizadas a partir del confinamiento en Argentina desde fines de marzo. Lo que comenzó siendo una idea, en palabras de ella “una locura”, y que parecía muy difícil llevar adelante se fue entretejiendo entre familiares, compañeras de la Comunidad primero y luego con más compañeros/as y organizaciones locales y también nacionales al involucrarse el equipo extensionista a colaborar en la elaboración de la presentación.

El Fondo Iberoamericano de Cocinas para el Desarrollo Sostenible tiene el propósito general de ser una plataforma que, atendiendo a la crisis del COVID-19 en el sector, se plantea constituir en un mecanismo de cooperación y financiamiento de iniciativas comunitarias vinculadas con la cadena de valor de las cocinas y su contribución al desarrollo sostenible en los diversos territorios que conforman la región Iberoamericana.
En esta edición 2020, se seleccionaron tres iniciativas comunitarias por cada uno de los países miembros de la Iniciativa Ibercocinas (Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá y Perú), que sumaron el total de 21 entre la 173 presentadas.

Este Fondo está dirigido especialmente a las iniciativas comunitarias realizadas de manera constante en el último año o autoorganizadas a raíz de consensos comunitarios para encontrar soluciones a los efectos de la crisis del COVID-19.

“Compartimos la gran alegría de habernos entretejido en esta experiencia, en el vínculo que hace años vamos construyendo con la Comunidad Mapuche Curruhuinca y que a pesar de la distancia física encontramos las maneras de sumar cada unx nuestros saberes, recursos, posibilidades y hoy poder celebrar así juntxs el reconocimiento a las ZOMO YAGEL PIUQUE TAIÑ CHE con este apoyo del Fondo Iberoamericano de Cocinas para el Desarrollo Sostenible”, destacó Cortina.

Miriam compartió con su familia la posibilidad de transformar el restaurante “El Mapuche. Casa de Comidas” en el espacio donde desarrollar su idea de comedor comunitario. El restaurante es un emprendimiento familiar inaugurado en diciembre pasado y que funcionó, con el turismo, hasta el inicio de la cuarentena en la que debieron cerrar la atención presencial. La ocasión de las instalaciones sin funcionamiento y la necesidad de muchas de las familias del Paraje se volvieron para ella una oportunidad para no dejar pasar y desarrollar solidariamente.

También han colaborado la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular – regional San Martín de los Andes, Asociación de Trabajadores de la
Educación Neuquén (ATEN), Profesores jubilados, el equipo extensionista del LATEC (FAU) y la propia comunidad.

100 comidas diarias en el paraje

Desde abril, pero públicamente difundido el 25 de mayo, con una gran comida compartida, un locro, comida tradicional local, se dio inicio oficial a la iniciativa.

Desde entonces 100 comidas diarias, almuerzos y meriendas se brindan a las familias del Paraje y cercanías. Asimismo, a las personas mayores que no pueden acercarse hasta el lugar para retirar sus viandas, compañeros y compañeras de la comunidad se las acercan hasta sus lugares de residencia.

La experiencia se ha entramado también con iniciativas de políticas públicas, por ejemplo el Plan Nacional “Argentina Trabaja”. En ocasiones, se recurrió a cocinar comidas tradicionales frente a la falta de algún ingrediente y se comenzó a pensar y recuperar comidas típicas a base de harinas y caldos, y esto permitió hacer llegar una vianda calentita a cada familia. Se ha realizado, también, pancutra (con harina), concones (sin harina), concones (a base de harina), corre corre (a base de trigo), tortilla al rescoldo, tortas fritas.

Asimismo, la ocasión construida colectivamente en función del comedor comunitario, habilitó imaginar otras actividades que asimismo recuperaban la tradición y proponer talleres para compartir saberes. Por ejemplo, una compañera propuso compartir su experiencia en telar, entonces se reunieron para hilar lana, para teñirla con tintas naturales de corteza de árbol.
También se está pensando, en llevar computadoras al espacio, y que las y los más pequeños que tienen que realizar sus tareas a distancia, puedan resolver las consultas y encontrar apoyo en el mismo espacio.
Asimismo están pensando en la posibilidad de realización de talleres sobre las comidas
tradicionales, sobre plantas y sus aplicaciones en infusiones y cremas.
Silvana, será la representante de la iniciativa, se ha desempeñado como Kona de la Comunidad Mapuche Curruhuinca durante 6 años, periodo entre los años 2012 al 2018, que le permitieron trabajar y ayudar a mucha gente de la Comunidad, labor que ella refiere le enseñó a ver las cosas con una mirada diferente y saber diferenciar las necesidades según las diferentes situaciones en que se encuentran.

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