Un patronus para Julia

Pintar es dejarse llevar. Pintar es mi universo paralelo que se despliega en el taller de Luz Gentili -espacio también de charlas, debates y decisiones-. Quince años de taller, tesis, hija, hijo.

Mis cuadros están en constante transformación. Aquellos que hice para mi abuela y abuelo, los repinto hoy junto a mi hija e hijo. Ocurre que los cuadros, a veces, cumplen una etapa y desaparecen junto con los ojos que los miraban.

Esa obra hoy deviene nueva posibilidad, exploramos texturas, descubrimos colores y cubrimos a través del juego esa copia de un Matisse que pinté en óleo allá por los 90 y parte del relieve todavía lo delata.

Entonces, se expone lo efímero, la ausencia de una verdad absoluta, de un original, de un arte con A mayúscula. Y en esa transformación constante surgen formas nuevas, un arte en colaboración que deja de ser solo mío para convertirse en un trabajo conjunto, un arte compartido y familiar en los múltiples y entrañables sentidos que puede tener esta palabra.